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En Barichara, el  bahareque  se  ha integrado siempre  con la tapia pisada, usándose  para división de áreas comunes, porque ocupan menos espacio.  Para cerramiento de Caneyes, construcción de casa de campo, cabañas, corrales, etc.

 

La  construcción en Bahareque  inicia con la  excavación de las  zanjas en el terreno, en donde se colocaban las columnas de madera o guadua  que soportan un  armazón  tejido de palos y caña.  Este, se rellena  con piedras y se cubre con barro.

El barro se prepara previamente. Se moja y mezcla  pateándolo con los pies  o con ayuda de bueyes, hasta que adquiriera la plasticidad adecuada. Luego, se mezcla con paja, aserrín o bagazo de caña, para darle más adherencia.

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El llenado de la estructura con el barro  se hace de abajo hacia arriba hasta la altura de 1mt.  En simultaneo  dos personas trabajan,  una en cada cara de la pared. Una rellenando con el barro y la otra,  presiona para sacar el aire. Se deja secar y luego se continúa rellenando hasta completar la altura de la pared. En esta etapa la caña queda parcialmente al cubierto y el barro con un aspecto irregular y brusco.

 

Cuando las paredes estaban secas, se preparaba el primer pañete  con barro para afinar la pared.

 

15 días después la pared  pierde toda el agua generando grietas, entonces se prepara el segundo pañete, una mezcla de tres partes de boñiga fresca por una de barro.

 

Los graves efectos del calentamiento global han generado que se retomen técnicas ancestrales de bio-construcción, entre ellas la del Bahareque por ser ecológica, bioclimática  sismo-resistente y acústica. Como una solución sostenible de vivienda en el campo y zonas urbanas pobres, pero también para nuevos proyectos culturales,  turísticos y recreativos por su adaptabilidad al moderno Bio-diseño.